La obesidad es una patología crónica y muy frecuente, que se ha convertido en nuestro medio en una pandemia. Se caracteriza por un aumento de la grasa corporal (diferente del aumento de peso).

 

Es una patología muy difícil de tratar. El desconocimiento de conceptos elementales sobre la nutrición, agrava todavía más el problema, así como la proliferación de dietas “heterodoxas”, las llamadas dietas “milagro” la mayoría de ellas alejadas de las recomendaciones de las guías clínicas consensuadas.

 

Existen distintas causas que determinan la obesidad y muchas veces actúan de forma simultánea. En nuestro medio las más significativas son:

 

  • Origen alimentario.

 

  • Vida sedentaria.

 

  • Alteraciones Psicológicas.

 

La obesidad no es sólo un cúmulo de grasa en el organismo y un aspecto corporal inestético, sino que repercute en múltiples órganos y sistemas: cardiovascular, respiratorio, metabolismo, musculoesquelético…, implicando una mayor morbilidad y mortalidad.

 

¿Cómo podemos combatir la obesidad?

Para luchar contra esta enfermedad, el tratamiento debe hacerse de forma integral, actuando sobre todas las causas posibles.

 

  • Recomendaciones alimentarias personalizadas.
  • Ejercicio físico pautado.
  • Terapia Cognitivo-Conductual.
  • Tratamiento farmacológico.
  • Cirugía bariátrica.

Pero, ¿qué es la obesidad?

La obesidad es una enfermedad que afecta a un gran porcentaje de la población de los países desarrollados, afectando a todas las condiciones sociales, sexo y edad, con proporciones epidémicas.

 

En nuestro medio la incidencia nos sitúa a la cabeza de los países de nuestro entorno con una tasa de prevalencia en torno al 25%.

 

La obesidad se caracteriza por un aumento de la grasa corporal. Es la segunda causa de mortalidad prematura y evitable, después del tabaco.

 

Es además muy difícil de tratar. Además, de la mayoría de los obesos que comienzan un tratamiento lo abandona; de los que continúan, la mayoría no pierde peso; y de los que pierden peso, la mayoría vuelven a recuperarlo.

¿Cuáles son las principales causas de la obesidad?

La mayoría de los casos de obesidad tienen un origen multifactorial:

 

  • Origen endocrinológico:Hipotiroidismo, Síndrome de Cushing, hipogonadismo, ovarios poliquísticos, disminución de los niveles de andrógenos en el hombre, disminución de los niveles de estrógenos en la mujer, diabetes…

 

  • Vida sedentaria

 

  • Origen alimentario(es la principal causa): Desorden alimentario, sobrealimentación con alimentos ricos en calorías y alto contenido en grasas (condicionada por una publicidad alimentaria agresiva).

 

  • Origen psiconutricional:Situaciones de estrés (acción del cortisol), ansiedad, aburrimiento, depresión, actitud compulsiva, presión social…

 

  • Falta de sueño.

 

  • Tratamientos farmacológicos:Corticoides, anovulatorios, algunos tratamientos antidepresivos…

 

  • Abandono del hábito tabáquico(aumento de peso variable entre 2-10 kg).

 

Aunque de todas estas causas en nuestro medio las más importantes son:

 

  • Origen alimentario.

 

  • Vida sedentaria.

 

  • Trastornos psicológicos (provocados por nuestro medio).

¿Cuáles son las principales consecuencias de la obesidad?

  • A nivel cardiovascular:Mayor incidencia: del síndrome coronario (angina de pecho, infarto agudo de miocardio), de la insuficiencia cardiaca, de la enfermedad cerebrovascular, de la enfermedad tromboembólica, de la insuficiencia venosa, de la Hipertensión Arterial (HTA)…

 

  • A nivel respiratorio:Aumento de la insuficiencia respiratoria, Síndrome de Pickwick (obesidad-hipoventilación-sueño), Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAHS)…

 

  • A nivel digestivo:Esteatosis hepática (cúmulo de grasa en el hígado), coletitiasis, reflujo gastroesofágico…

 

  • A nivel metabólico:Mayor incidencia de resistencia a la insulina y diabetes tipo 2, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, hiperuricemia…

 

  • A nivel musculoesquelético:Mayor incidencia de artrosis, lesiones articulares, deformidades óseas…

 

  • Alteraciones en la mujer:Mayor incidencia de: síndrome de ovarios poliquísticos, disfunción en las reglas, incontinencia urinaria, infertilidad…

 

  • Otras consecuencias:Mayor incidencia de cáncer: En la mujer (vesícula, mama, útero), en el hombre (colon y próstata). Alteraciones cutáneas (estrías, intertrigos, hirsutismo, foliculitis…), alteraciones psicológicas y psicosociales, disminución de la calidad de vida, trastornos de la conducta alimentaria, aumento de la mortalidad.

¿Cómo clasificamos la obesidad?

La obesidad se clasifica de diferentes formas.

 

  1. Según el Índice de Masa Corporal (IMC).Es la clasificación más universalmente utilizada, es la proporción entre peso y altura: peso en kg. dividido por la talla en metros (elevada al cuadrado). Se considera obesidad cuando el IMC es igual o mayor de 30 kg/ m².
  2. Según el Porcentaje de Grasa Corporal.Da una información más aproximada de la obesidad. Hay obesidad cuando el porcentaje de Grasa Corporal es >de 20% en varones y >de 30% en la mujer adulta.
  3. Según la Distribución de la Grasa Corporal:
    • Obesidad androide:También conocida como tipo “manzana”, ya que la grasa se acumula más selectivamente en el tronco y abdomen y es característica del varón.
    • Obesidad ginoide: También denominada tipo “pera”, la grasa se acumula sobretodo en las caderas  y es típica de la mujer.

¿Cómo se distribuye la grasa?

Para evaluar la distribución de la grasa corporal, se utilizan distintas técnicas para medir la composición corporal: Medidas de pliegues cutáneos, medidas de perímetros, bioimpedancia, antropometría, ecografía, TAC, etc…

 

Aunque la grasa se distribuye por todo el organismo, la que tiene más significado patológico es la grasa visceral, y un método muy sencillo para su valoración es medir el perímetro de la cintura.

¿Qué es el síndrome metabólico?

El Síndrome Metabólico es un conjunto de factores de riesgo asociados a la obesidad abdominal. Estos factores de riesgo son: además del aumento del perímetro abdominal, cifras elevadas de glucemia, de los triglicéridos y de la Tensión Arterial así como disminución del Colesterol HDL. Tener tres o más factores implica Síndrome Metabólico, y puede considerarse una entidad clínica que informa de un riesgo elevado de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes.

¿Cómo se diagnostica la obesidad»?

Historia clínica general y nutricional, con exploración física. Análisis de la composición corporal. Amplia encuesta alimentaria. Pruebas complementarias (analítica, ECG, bioimpedancia…).

¿Cómo se trata la obesidad?

El tratamiento debe abordarse de una manera integral que combine:

Recomendaciones alimentarias personalizadas: Una vez completado todo el estudio del análisis nutricional, se indican unas recomendaciones alimentarias personalizadas, basadas habitualmente en una dieta hipocalórica equilibrada (sin prohibiciones), adaptada a los gustos, hábitos, situación social, laboral y familiar del paciente; de forma que sea cómoda no sólo para el paciente, sino para todo el entorno familiar que come en la “misma mesa” y en especial para quien “cocina”.

 

Ejercicio físico: El ejercicio físico es un componente importante en el programa de la pérdida de peso, que se adaptará de forma individualizada. El ejercicio físico no sólo “consume calorías”, sino que tiene múltiples efectos beneficiosos sobre el organismo: ayuda a mantener el peso perdido, mejora el perfil de los lípidos, mejora el control de la glucosa en los diabéticos, mejora la osteoporosis, previene enfermedades cardiovasculares, mejora el control de la hipertensión arterial, mejora la capacidad respiratoria, disminuye el depósito de grasa abdominal, tiene efectos psicológicos positivos (mejora la autoestima, y disminuye la ansiedad y la depresión)…

 

Terapia cognitivo-conductual: Es uno de los pilares básicos para la pérdida de peso. Consiste en desarrollar una serie de técnicas para “convencer” al paciente de los beneficios de un estilo de vida saludable, que permitan introducir nuevas pautas de alimentación. Más del 30% de los pacientes que consultan por sobrepeso presentan trastornos de la conducta alimentaria, y necesitan un tratamiento psicológico/psiquiátrico, incluso antes de iniciar un programa de pérdida de peso.

 

Tratamiento farmacológico: No debe ser utilizado nunca como terapia aislada sino como complemento de las anteriores. Se indicará de manera individualizada (en pacientes con IMC > 30). El fármaco más recomendado es el Orlistat, que es un inhibidor de la lipasa pancreática, reduciendo la absorción de grasa (hasta un 30%) en el tubo digestivo.

 

Tratamiento quirúrgico: La cirugía bariátrica es un tratamiento eficaz a largo plazo y sería el último eslabón de la cadena terapéutica. Estaría indicado en casos graves y cuando se cumplen rigurosos criterios protocolizados de consenso.

 

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